Hoy, cerré la puerta,
rodeé el tierno tallo
con mis manos,
y apreté firmemente.
Apreté tan fuerte
que salió
todo su jugo.
Ya entonces sólo quedó marchitarse.
En mis manos inútiles,
dedos y tendones
usados con avarícia.
Su olor era demasiado
sincero para
ser propiedad
de una sola persona.
sábado, 26 de julio de 2008
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5 comentarios:
Aveces Lobo hacemos eso con la vida.... apretamos demasiado, y no vale la pena su dolor ni su pausa...
Me siento feliz de verte y emocionada...
te quieroooooooooooooooo
Lobo, todo cogollo debe ser trasplantado para que dé nuevas plantas. Nuevas plantas con nuevas flores y nuevos sumos y nuevos follajes y nuevos néctares, para que otros y el mundo los disfrute.
Si solo lo cortaste, entonces Lobo, has cometido un crimen por egoismo.
¡Qué bueno verte, joderrr!
LOs 4 ultimos versos me encantan.
Un saludo, un placer y un honor que te pases por mi blog.
Por acá paso de nuevo.
Esperando que salga el sol.
un beso
y tanto apretamos a veces que lo que teniamos cerca, lo que era nuestro, se ahoga y decide escapar, ser para los demás.
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